jueves, 9 de marzo de 2023

Capítulo 4



Sayumi

Cuando Gowther y yo nos quedamos tan cerca, callados y con mi corazón acelerado, por mi cabeza solo corría la palabra bésalo, pero para qué si él ya no tenía emociones y además de eso mi raciocinio quería odiarlo con todas sus fuerzas, levanté mi mirada y me quedé observando a esos profundos ojos que antaño me habían enseñado lo que era el amor mientas que ahora solo me observaban sin ninguna expresión, comenzó a inclinar su cabeza hacia mí, ¿Tenía la intención de besarme?, ¿A pesar de que no sentiría nada?, comenzaba a plantearme si de verdad debía de odiarlo si después de tanto tiempo solo sigo sintiendo amor, pero ¡NO! Gritó mi cabeza justo antes de que se tocaran nuestros labios por lo que coloqué mis manos en su pecho para frenarlo mientras casi al instante giré mi cabeza
_No hagas lo que te dicte tu cabeza, si no lo que sientas y dado que no sientes nada, no hagas nada_ le digo, roto el momento afloja sus brazos y me marcho a mi cuarto sin mirar atrás, cuando llego me dejo caer en mi cama y mi cabeza comienza a repasar cada segundo de ese momento llamándome tonta, por una parte, entendía que mi cabeza me frenara, como voy a besar a una persona que no va sentir nada y por otra entendía que mi corazón quisiera hacerlo al fin y al cabo lo sigo amando_ ¡NO! Me quedaré con ese recuerdo de besos llenos de amor y nada más_ me digo a mí misma dándome un pequeño golpe en las mejillas para espabilarme.
_Perdona, no sabía que estabas ocupada_ escucho la voz de la princesa_ solo quería comprobar como ibas de la espalda.
_No te preocupes, estaba tan concentrada que no te escuche entrar_ le digo quitándole importancia.
_ ¿Puedo? _ pregunta señalando a mi espalda, yo asiento_ Ya sé que todos me encontráis una curiosa cuando hago tantas preguntas personales, y puede que en el fondo lo sea, pero yo solo quiero que todos estéis bien y por eso me preocupo por saber que os sucede, sin embargo, soy muy consciente de cuando una persona no quiere hablar y lo respeto. A todo esto, solo era por si necesitabas hablar_ mientras hablaba, se acercó, me levantó la camiseta y miró mis heridas_ Que feas, Cuándo dijo Merlín que no serían más que unas cicatrices? _ pregunta una vez sentada en la cama de al lado quedando de frente a mi.
_Nunca_ cojo aire y le explico un poco más_ Merlín no me tiene que decir nada, son heridas que en mi raza se implican para ser una tortura perpetua, lo que me aplica Merlín solo es un relajante que calma algo mi dolor, pero fue hecho para que me duela constantemente, son castigos que los superiores dictaminan que la persona no tiene posibilidad de redimirse, como ellos lo llaman “Castigo perpetuo” pero también es un castigo que solo se lo reservan a pecados que pasan los límites de los que vosotros ya consideráis los peores, son muy pocos los que fueron castigados así...
_ Sin embargo, fue un castigo demasiado duro para el “error” que cometiste tú, puesto que solo fue un error para ellos, en verdad tu no hiciste nada malo_ me interrumpe Merlín entrando en la habitación, sentándose a mi lado y acariciándome con sutileza la mano.
_Ya lo sé, cuando tome esa decisión ya sabía a qué me atenía, no era un alto cargo pero estaba bastante cerca por lo que estaba bastante familiarizada con las consecuencias, pero no deja de ser duro aunque yo aceptara el castigo, era una parte importante de mi_ digo recordado mis hermosas alas blancas, puedo volar aun así, pero a mí me gustaba tenerlas, ser la más rápida, sentir como rompían el aire a una velocidad en la que apenas era consciente y que siempre fueran las más brillantes y hermosas de toda la raza.
_Lo sé, recuerdo como eras cuando aún las tenías, tan veloz, tan hermosas, siempre las tenías tan cuidadas y brillantes que ningún alto cargo te podía superar_ dice Merlín con melancolía en la voz, aunque ya había aceptado que las iba a perder, mis risas y mi felicidad actual jamás sería del todo verdad, ya que me faltaba una parte impórtate de mí ser y las personas que me habían conocido en el pasado lo sabían.
_Estamos hablando de unas alas, princesa_ le aclaro, y ella palidece, normal los de esta época no recuerdan casi a los de mi raza pero ella es igual físicamente a mi mejor amiga de aquellos tiempos y una persona idéntica a ella no puede ser mala _ El castigo consiste en arrancarlas y dado que no son heridas naturales no se curan nunca, puedo volar como puedes ver pero con mis capacidades reducidas, además conmigo se ensañaron por años, me encerraron en una de las mazmorras más sucias y me echaban todos los días sal así empeoraban mi tortura perpetua, aunque hace años que mi raza se “extinguió” yo estuve encerrada en esa mazmorra algún tiempo más y creo que esto es suficiente por ahora, demasiada verdad atraganta, por favor me dejáis sola un rato_ una vez que Merlín salió de mi habitación la escucho hablarme por telequinesis, Gowther está fuera de tu cuarto y lo veo dudando de si entrar, me levando de la cama y voy hasta la puerta_ ¿Cuánto has escuchado?_ en verdad me da igual, no es nada que él no sepa ya.
_Todo, a la princesa le va costar asumir que eres de la raza de las diosas, los humanos son bastante escépticos.
_ No importa, además por eso le voy soltando la información poco a poco.
_ ¿Cómo sabias...? Ah si Merlín te avisó_ comenzó a preguntar, pero se dio cuenta solo.
_ Necesito estar sola, estábamos recordando mis alas y me puse triste, ya sé que no sabes cómo es ese sentimiento, pero es muy duro_ me doy la vuelta para marcharme, pero me detiene.
_Déjame ayudarte_ me dice, lo dejo pasar, aunque ya sé que no me podrá ayudar, nadie me va poder devolver mis alas_ siéntate y cierra los ojos_ le hago caso y entonces cuando cierro los ojos estaba volando alrededor del Boar Hat, el bar de Melodías, ya no me dolía la espalda, en su lugar tenía un peso a mayores que hacía años que no sentía, al mirar me encontré con mis alas, mis hermosas alas.

Manga escrito e ilustrado por Nakaba Suzuki



No hay comentarios:

Publicar un comentario